SANTITOS Y SANTITAS DE DIOS

..."Dejen que los niños se acerquen a mi y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.  Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrara en el"...

Lucas 18,16-17.

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  • tommy diaz signorelli

  • Maria Elena Hernández Fernández

  • Santa Teresita

    VENERABLE ANTONIETA MEO

     

    Antonieta Meo, llamada cariñosamente Nennolina nació en Roma el 15 de diciembre de 1930. A los tres años frecuentó el jardín de infancia de las religiosas y a los 5 años se inscribió en la Acción Católica, en el grupo de las más pequeñas. A los 6 años de edad un osteosarcoma le obliga a la amputación de la pierna izquierda. Ya a aquella edad tenía un concepto del valor del sufrimiento incomprensible sin la gracia de Dios.
    Una religiosa enfermera de la clínica testimonió: “Una mañana, mientras ayudaba a la enfermera que ordenaba el cuarto de la niña, entró su papá, el cual, después de haberla acariciado, le preguntó: ¿Sientes mucho dolor? Y Antonieta: papa, el dolor es como la tela, cuanto más fuerte mas valor tiene”. La religiosa añadió: “Si no lo hubiese escuchado con mis propios oídos, no lo hubiera creído”

    Comienza a ir a la escuela primaria a los 6 años, con una prótesis que le provoca muchos fastidios. Pero todo lo ofrece a Jesús: “Cada paso que doy que sea una palabrita de amor”. El día del aniversario de la amputación lo quiere celebrar con un gran almuerzo y con una novena a la Virgen de Pompeya, porque gracias a este evento había podido ofrecer su sufrimiento a Jesús.

    La noche de navidad de 1936 recibe con fervor la Prima Comunión y pocos meses después la Confirmación. La amputación de la pierna no había bloqueado el tumor, que se extendió a la cabeza, a la mano, al pie, a la garganta y a la boca. Tanto los dolores de la enfermedad como los tratamientos que trataban de curarla eran muy fuertes.

    Cuando encontraba un pobre era ella que quería darle el centavo que tenia. Le gustaba frecuentar la escuela y el catecismo: Escribía a Jesús: “Voy con entusiasmo, porque se aprenden tantas cosas bellas sobre Ti y sobre tus Santos”.

    Murió en medio a terribles dolores. No había cumplido ni siquiera 7 años.

    Ha sido declarada “Venerable” por el Papa Benedicto XVI el 17 de diciembre de 2007. Su vida ha sido un testimonio de la santidad de los niños que sufren.