¡Conservar la Familia, como Dios manda!

"La familia ha de ser redescubierta como patrimonio principal de la humanidad, coeficiente y signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre" (Benedicto XVI, VII Encuentro Mundial de las Familias)

Estabilidad en la cultura, en el desarrollo humano, en las relaciones entre los integrantes de la familia, en las relaciones con los parientes, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con la comunidad, con la creación, esta estabilidad se origina y se aprende en el seno de la familia, cuando la familia es funcional, es decir, como Dios manda: hombre y mujer que se unen para siempre bajo el Sacramento del Matrimonio, buscando el bien uno del otro y abiertos a la vida, en los hijos que Él permita.

Para muchos jóvenes de hoy, esto les parecerá pasado de moda, pero… créanlo, es la manera perfecta (con sus imperfecciones humanas) que Dios estableció para la estabilidad y felicidad de todo ser humano (de los que por vocación sincera eligen el Matrimonio).

Aprendamos a ver este estado de vida como una hermosa y apasionante aventura, en la que con respeto, total compromiso y dejando de un lado el egoísmo y la comodidad, podremos encontrar calor de hogar, amor desinteresado de los padres, alegría de los hijos, todo esto y más, junto con los mil problemas que a diario surgen, pero que de cara a Dios, no opacan la felicidad, plenitud y realización que generan en las personas que integran una verdadera familia.